En esta obra se defiende la vieja idea griega del Cosmopolitismo, un único mundo de seres humanos, interrelacionados y unidos en un destino que va más allá del de nuestros propios países o culturas. "Como primer aspecto del Cosmopolitismo, el reconocimiento de nuestra responsabilidad respecto de cada ser humano". Se plantea una polémica tradicional en el ámbito de la ética, los valores morales ¿son relativos o universales?. El autor tras analizar prácticas, creencias y formas de vida muy diferentes, pone de manifiesto que más allá de las diferencias culturales, hay valores universales, por el que la gente siente de manera similar aunque luego las prácticas sean muy diferentes. Utiliza para ello su propia experiencia y su propia biografía.
El autor narra sucesos puntuales en los que a lo largo de la historia, personas con diferentes creencias y estilo de vidas, han convivido de manera pacifica durante siglos. Defiende el cosmopolitismo sin renunciar a las diferencias.
Plantea dilemas morales en torno a la intervención en los paises del tercer mundo, abre interrogantes y hace pensar acerca de la forma en que los paises occidentales nos planteamos la ayuda.
Nuestros valores morales guian nuestras acciones y de ellos salen nuestros criterios para actuar. Saber cuáles son y cómo nos determinan es un objetivo personal y colectivo, a conseguir.